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Mi Último Día en Marruecos: La Aventura Final Hacia el Aeropuerto

Después de una larga y emocionante aventura por Marruecos, había llegado el momento de decir adiós a este país fascinante. Con el corazón lleno de recuerdos inolvidables, sabores exquisitos y paisajes impresionantes, me preparaba para el siguiente capítulo de mi viaje. Sin embargo, como buen viajero que soy, mi último día en Marruecos no podía ser simple. No, tenía que incluir una pequeña dosis de caos, improvisación y, por supuesto, un poco de estrés de última hora. Porque, ¿Qué sería de un viaje sin una carrera contrarreloj hacia el aeropuerto?

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La Búsqueda del Transporte Perfecto

Cinco horas antes de mi vuelo, ya estaba en modo «operación aeropuerto». Como suelo hacer en todas mis aventuras, me conecté a internet para encontrar la opción más económica y eficiente para llegar al aeropuerto internacional Mohammed V de Casablanca. Mi mente viajera siempre busca la forma de ahorrar unos cuantos dólares, porque cada centavo cuenta cuando estás explorando el mundo.

Empecé mi búsqueda optimista, convencido de que en pocos minutos encontraría la forma ideal de llegar al aeropuerto. Buscaba algo barato, confiable y, por supuesto, con un poco aventura. Pasaron los minutos y seguía sin encontrar una opción que encajara en mi plan de “máximo ahorro, mínimo estrés”. El tiempo seguía corriendo, y yo seguía en hotel, sin haber empacado del todo, pero, como buen viajero, no perdí la calma. O al menos eso es lo que intenté hacer.

El Tren: La Opción Que No Fue

Tras mucha búsqueda, descubrí que una de las formas más usadas por los locales para llegar al aeropuerto es el tren. El tren al aeropuerto es económico, con un costo aproximado de 3 dólares, y se puede tomar en la estación Casa Voyageur, situada en el corazón de Casablanca. El trayecto dura entre 45 y 60 minutos, y el horario de servicio es de 6 a.m. a 10 p.m. Me pareció una opción maravillosa y económica, el tipo de transporte que me gusta, pero había un pequeño problema. Ya estaba demasiado cerca de la hora de mi vuelo y no tenía el tiempo suficiente para ir hasta la estación, comprar el billete y esperar el tren. El tren me lo recomendó un viajero cuando ya estaba en el hotel, y me pareció curioso que, aunque fue la opción ideal para él, para mí era simplemente inviable en ese momento.

Además, según me dijeron, hay que estar muy atento cuando viajas en tren antiguo en Marruecos, porque las paradas no siempre están claramente anunciadas. Y mi capacidad de perderme en estaciones de trenes es legendaria. Imagínate: yo, con mis maletas, un tren que no anuncia las paradas, y el reloj corriendo. No, mejor no tentar al destino.

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El Autobús: El Método Económico pero Lento

Otra opción que surgió en mi búsqueda fue el autobús número 128. Este autobús te lleva al aeropuerto por menos de 2 dólares. Suena perfecto, ¿verdad? Pero, como todo en la vida, tenía su truco. El autobús tarda una eternidad en llegar al aeropuerto, y cuando digo eternidad, no exagero. El viaje puede superar una hora y media porque el autobús hace múltiples paradas. Además, no te deja directamente en el aeropuerto, sino que te deja un poco lejos y, bueno, a pie con maletas no es mi idea de diversión antes de un vuelo internacional.

El punto de partida del autobús es desde una estación frente al Sunday Park en la Avenida Mohammed VI, entre Ain Chock y Sabata. Con ese horario ajustado que ya tenía, esperar un autobús que paraba cada pocos minutos no era la mejor opción. Imagina que el autobús se detiene frente a una panadería, luego un supermercado, luego frente a un tipo que ni siquiera iba a subir… Todo eso mientras yo miraba el reloj cada dos segundos.

El Gran Taxi: Mi Última Esperanza

Finalmente, con el tiempo en contra y mi vuelo acercándose a una velocidad alarmante, decidí tomar la opción más rápida y, por supuesto, la más cara: un taxi grande. En Casablanca, los taxis grandes son una de las formas más rápidas y fáciles de moverse, pero, como todo lo que es rápido, tienen un precio. Dependiendo de la suerte que tengas negociando, el precio de un taxi al aeropuerto oscila entre 20 y 30 dólares. Y sí, claro que intenté negociar.

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Paré al primer taxi vacío que pasó, y el conductor, al verme con cara de pánico, ya sabía que estaba en una posición de poder. Nos miramos, él sonrió, y yo, resignado, le dije: «Al aeropuerto, por favor». Me pidió 25 dólares, y yo, con la maleta a cuestas, ni siquiera regateé. “Llévame y hazlo rápido”, le dije. Y así fue.

El viaje en taxi fue rápido, sin duda, pero no dejó de ser una montaña rusa emocional. Mi mente iba entre pensar en lo caro que me estaba saliendo el trayecto y el alivio de saber que llegaría a tiempo. Y mientras miraba por la ventana, pensando en cómo terminé gastando tanto en un simple traslado al aeropuerto, me di cuenta de algo importante: ¡esto es material perfecto para un artículo de mi blog! Así que, aquí estoy, escribiendo esta historia que no tenía planeada mientras espero mi vuelo en el aeropuerto.

Aplicaciones de Transporte: ¡No Contigo, Uber!

Oh, y para los que están acostumbrados a usar aplicaciones como Uber o Lyft en cada rincón del mundo, tengo una noticia importante: en Marruecos, esas aplicaciones están restringidas. Así es, no hay Uber ni Lyft para salvarte del apuro. Las autoridades marroquíes no permiten que estas apps operen en el país, así que si planeas viajar aquí, no esperes resolver todo con un simple toque en tu móvil.

La Llegada al Aeropuerto Internacional Mohammed V

Finalmente, llegué al aeropuerto internacional Mohammed V con suficiente tiempo para respirar un poco, lo cual ya es un logro. Este aeropuerto es el principal punto de entrada y salida de Marruecos, y cada año recibe más de 7 millones de pasajeros. Es un lugar concurrido, lleno de gente que, como yo, está lista para su próxima aventura o, quizás, diciendo adiós a Marruecos con una mezcla de tristeza y emoción.

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El aeropuerto es moderno y bien organizado, pero después de la odisea para llegar, sentí que me había ganado el derecho a un merecido descanso antes de abordar mi vuelo. Mientras esperaba, reflexioné sobre mi tiempo en Marruecos. Había sido una experiencia inolvidable, llena de cultura, gastronomía y paisajes espectaculares. Pero también me di cuenta de que a veces, la parte más caótica de un viaje es la que termina siendo la más memorable.

Un Viaje para Recordar

Mi último día en Marruecos no salió exactamente como lo había planeado, pero fue, sin duda, una experiencia que no olvidaré. Desde la búsqueda desesperada de un transporte económico hasta mi inevitable rendición al taxi grande, todo fue parte de la aventura. Y aunque no pude ahorrar tanto como esperaba, al final llegué al aeropuerto a tiempo y con una historia divertida para contar.

Si algo aprendí de esta experiencia es que, aunque te prepares y busques la opción más barata, a veces la vida (y los vuelos) tienen sus propios planes. Pero eso no es algo malo; de hecho, esos momentos inesperados son los que hacen que viajar sea tan emocionante. Marruecos, gracias por todo, ¡hasta la próxima aventura!

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